lunes, 27 de noviembre de 2017

Vecinos si; pero iguales no.

Así escribe el genial Eduardo Galeano bajo el título El sistema universal de la mentira, en su libro "Nosotros decimos no", y cabe preguntarse si esta concisa apreciación no puede transpolarse a los mecanismos que se aplican fronteras adentro de cada país:


"Todos somos vecinos en este mundo de programas multinacionales y transmisiones simultáneas vía satélite; pero, como diría Orwell, unos son más vecinos que otros. Las comunicaciones están centralizadas. Cuanto ocurre en el planeta se traduce en los centros de poder, se traduce al lenguaje de un sistema universal de la mentira, y se devuelve convertido en imágenes y sonidos de difusión masiva. ¿Objetividad? Desconfiemos de esta objetividad que nos reduce a objetos. La miseria del tercer mundo se convierte en mercancía. Los países opulentos la consumen de vez en cuando, para felicitarse por lo bien que les ha ido en la vida. El sistema universal de la mentira practica la amnesia. El norte actúa como si se hubiera sacado la lotería. Su riqueza, sin embargo, no es resultado de la buena suerte, sino de un largo, muy largo proceso histórico de usurpación, que viene de los tiempos coloniales y se multiplica, mediante sofisticados mecanismos de despojo, en la época actual. Cuanto más resuenan en los foros internacionales, los discursos que exaltan la libertad y la justicia, tanto más se derrumban, en los mercados internacionales, los precios de los productos del sur, y tanto más suben los intereses del dinero del norte, que con una mano presta lo que con la otra roba. Los mecanismos de despojo obligan al sur a pagar la cuenta de lo que el norte despilfarra, incluyendo los platos rotos del fin de cada fiesta: sobre las espaldas de los suburbios del sistema, se descargan las crisis de los centros."

No hay comentarios:

Publicar un comentario