viernes, 3 de noviembre de 2017

Endeudarse, para qué?

Nuestro país ha estado endeudado casi desde sus mismos orígenes, pero, para qué? Dice Carlos D'Amico en su libro "Buenos Aires, sus hombres, su política (1860-1890):

"Para pagar este enorme déficit anual la República tiene que echar mano de todos sus ahorros, y como estos no alcanzan, devuelve al extranjero todos los años el mismo oro que le ha tomado prestado, o le entrega papeles de comercio, o sus ferrocarriles, o sus tierras, y así va aumentando el déficit anual, hundiéndose cada vez más en esa situación financiera que la lleva a una crisis periódicamente.
Los últimos años, que ha mostrado una prosperidad tan notable, que ha despertado la codicia de todos los usureros de la vieja Europa, que gobiernan el mundo y aumentan sus caudales con las calaveradas de los ricos americanos del Sud que les piden prestado a cualquier interés, y les hipotecan todo su caudal con tal que les faciliten millones que derrochar en una vida fácil de placeres indolentes, de lujos orientales, de estériles agitaciones; los últimos años, la Argentina ha cubierto el déficit anual entregando a la Europa trescientos millones de cédulas hipotecarias, recibiendo empréstitos provinciales por setenta millones que le ha devuelto y recibiendo el oro de infinidad de empresas comerciales, de ganancias seguras, que van todas a enriquecer a los europeos empobreciendo a los argentinos(...)"
"Parece que la República Argentina no sintiera que se resbala en la pendiente rapidísima de su ruina y quizá de la pérdida de su independencia. Está mareada por el lujo, como esos herederos de grandes fortunas, que no sólo no ahorran de sus rentas, sino que gastan mucho más de lo que les producen los bienes heredados; y llenan sus déficits hipotecando sus bienes raíces, y pagan las hipotecas y los nuevos déficits con préstamos usurarios, que muy luego les llevan todo su capital, no dejándoles más recursos que la miseria vergonzosa o el suicidio criminal."

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