miércoles, 29 de noviembre de 2017

Verdades viejas...

Ahora que está de moda pedir a gritos que vengan inversores a nuestro país, y siguiendo con la lectura del notable Felipe Pigna, y su "La vida por la patria", viene a cuento un articulo publicado por Mariano Moreno en la Gaceta, y que el autor transcribe para nosotros así:

"Los  pueblos deben estar siempre atentos a la conservación de sus intereses y derechos; y no deben fiar sino de sí mismos. El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en hora buena, aprendamos las mejoras de su civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza  nos reparte a manos llenas; pero miremos sus consejos con la  mayor reserva, y no incurramos en el error de aquellos pueblos inocentes que se dejaron envolver en cadenas, en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y abalorios." 

lunes, 27 de noviembre de 2017

Vecinos si; pero iguales no.

Así escribe el genial Eduardo Galeano bajo el título El sistema universal de la mentira, en su libro "Nosotros decimos no", y cabe preguntarse si esta concisa apreciación no puede transpolarse a los mecanismos que se aplican fronteras adentro de cada país:


"Todos somos vecinos en este mundo de programas multinacionales y transmisiones simultáneas vía satélite; pero, como diría Orwell, unos son más vecinos que otros. Las comunicaciones están centralizadas. Cuanto ocurre en el planeta se traduce en los centros de poder, se traduce al lenguaje de un sistema universal de la mentira, y se devuelve convertido en imágenes y sonidos de difusión masiva. ¿Objetividad? Desconfiemos de esta objetividad que nos reduce a objetos. La miseria del tercer mundo se convierte en mercancía. Los países opulentos la consumen de vez en cuando, para felicitarse por lo bien que les ha ido en la vida. El sistema universal de la mentira practica la amnesia. El norte actúa como si se hubiera sacado la lotería. Su riqueza, sin embargo, no es resultado de la buena suerte, sino de un largo, muy largo proceso histórico de usurpación, que viene de los tiempos coloniales y se multiplica, mediante sofisticados mecanismos de despojo, en la época actual. Cuanto más resuenan en los foros internacionales, los discursos que exaltan la libertad y la justicia, tanto más se derrumban, en los mercados internacionales, los precios de los productos del sur, y tanto más suben los intereses del dinero del norte, que con una mano presta lo que con la otra roba. Los mecanismos de despojo obligan al sur a pagar la cuenta de lo que el norte despilfarra, incluyendo los platos rotos del fin de cada fiesta: sobre las espaldas de los suburbios del sistema, se descargan las crisis de los centros."

sábado, 25 de noviembre de 2017

El empleo más importante!

Siempre me pregunto, siendo el de Presidente el cargo más importante que puede otorgarse a una persona dentro del país, por qué no hay un listado de condiciones minimamente necesarias y una serie programada de entrevistas y exámenes a los que se someta a los aspirantes a ese máximo empleo? Se que no corresponde a usos y costumbres, pero podríamos ser el primer país en ponerlo en práctica. Porque del mal desempeño e incapacidad de un Presidente pueden surgir las más nefastas e impredecibles consecuencias,  con las que va a cargar su pueblo, o sea su empleador, por largos y sufridos años. Habla Felipe Pigna  en su libro "La vida por la patria" del primer artículo publicado por Mariano Moreno en La Gaceta, y dice:

"Concluía  con una genial máxima que de haber sido escuchada y puesta en práctica otro hubiese sido nuestro itinerario como país."

Y transcribe:
"Sin embargo, el pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal; que sus pasiones tengan un dique más firme que el de su propia virtud; y delineado el camino de sus operaciones por reglas que no esté en sus manos trastornar, se derive la bondad del gobierno, no de las personas que lo ejercen, sino de una constitución firme, que obligue a los sucesores a ser igualmente buenos, sin que en ningún caso deje a éstos la libertad de hacerse malos impunemente." 

jueves, 23 de noviembre de 2017

"Las Ruinas de Palmira"

Pensadores tan antiguos como los de la Revolución Francesa no han perdido nada de vigencia, aunque lamentablemente no sean tan conocidos ni recordados por nuestros actuales políticos.
Nos cuenta Felipe Pigna en su libro "La vida por la patria" que a Mariano Moreno le apasionaba la lectura de Constantin-Francois Chassboeuf de La Giraudais, conocido como Volnay (ya que fue Conde de ese lugar). Y éste expresaba estos pensamientos en la obra citada en el título, siempre bajo la pluma de Felipe Pigna:

"Los hombres, decía Volnay, se unieron en sociedades a través de convenciones, escritas y tácitas. Hablaba de una época de oro en que las leyes eran justas y reconocían las virtudes de la gente, que no tenían necesidad de venderse y, por lo tanto,  los déspotas no encontraban mercenarios. El exceso de producción y la extensión del comercio permitieron alcanzar una prosperidad general, hasta que los fuertes se impusieron a los débiles y surgió el despotismo paternal que llevó al despotismo político y se fue rompiendo el pacto social. Entonces los fondos públicos se usaron para comprar elecciones, los jefes se convirtieron en líderes de organizaciones criminales para repartirse riquezas y honores y fundar la aristocracia. (...) Volnay llamaba a la reflexión a sus contemporáneos y les espetaba a legisladores: "Acordaos que sois nuestros semejantes; que el poder que os conferimos nos pertenece; que nosotros os lo damos en depósito, no en propiedad ni en herencia; que las leyes que haréis, vosotros seréis los primeros en someteros a ellas; que mañana descenderéis entre nosotros y que no habréis adquirido más derecho que el de la estima y el reconocimiento"."

lunes, 20 de noviembre de 2017

Si nos viera...

Así definía Manuel Ugarte en su libro "La patria grande", hace más de 70 años, su concepción de ser un parlamentario:

"Desde el punto de vista de la táctica, yo he creído siempre, por ejemplo, que no debemos ir al Parlamento para poner obstáculos a la obra común, sino para colaborar en ella; y que en cada diputado que no comparte nuestras opiniones no debemos ver un enemigo, sino un representante de otras corrientes, que, existiendo en el país y reflejándose en la Cámara, tienen que regular, con nuestro asentimiento o sin él, la rapidez de nuestra propia corriente.
Entiendo además, que un grupo político no debe ser una entidad flotante donde cada elector hace entrar a su capricho las reivindicaciones que más le sugestionan, sino el rígido marco que encuadra las aspiraciones bien definidas de una parte de la nación y que los programas de doble fondo, hechos para atraer simultáneamente a los tímidos simpatizantes y a los sectarios extremos, así como la acción parlamentaria que se traduce en violencias de forma con las cuales se pretende ocultar la modestia de los resultados obtenidos, no son procedimientos propios de una agrupación seria, máxime si esta se anuncia como fuerza renovadora destinada a depurarlo todo."

sábado, 18 de noviembre de 2017

Y yo, qué pensaba?

Eso deben estar preguntándose hoy numerosos políticos que es ocioso mencionar, que supieron integrar una lista de candidatos en representación de un partido político X, y que habiendo sido electos y asumido sus reponsabilidades, parecieron confundir absolutamente los ideales que perseguían y que los alinearon con aquéllas candidaturas.
Qué diría hoy Manuel Ugarte? un político cuya ética lo llevó a renunciar a su pertenencia al Partido Socialista en el cual militó 10 años, y así nos lo explica en su libro "La Patria grande":

"...Perdida la esperanza de impedir el error, reivindico por lo menos el derecho de no asociarme a él. Como protesta contra los hechos consumados y en previsión de lo que comprendí que debía producirse después, decliné (como ya había declinado antes una candidatura a diputado) la candidatura a senador que me brindó el Partido Socialista. 
No fue vana exhibición de desinterés, porque la austeridad democrática no consiste en rehusar sistemáticamente todos los puestos, sino en abstenerse de aceptarlos cuando se lastima la integridad de los principios. Fue un acto elemental de prudencia. El orgullo de ocupar un sillón en la Alta Cámara en medio de hombres representativos a los cuales respeto, no me ofuscó hasta el punto de impedirme ver el dilema que me acechaba: ser inconsecuente con mis ideas o serlo con el partido que me favorecía con su designación. Una vez en el Parlamento, hubiera tenido que
burlar la confianza que en mí depositaba el grupo que me hacía candidato, desarrollando una acción extraña a sus preferencias, o hubiera tenido que ahogar mis convicciones personales para defender soluciones excesivas que considero contrarias al mismo fin humanitario que se persigue.
Había además una cuestión de responsabilidad. Aceptar era declararme colaborador en actos y propósitos que repruebo, contribuyendo a mantener una confusión penosa. No cabe recibir investiduras de un partido con el cual disentimos, porque el solo hecho de figurar como candidato patrocinado por él, indica que nos solidarizamos en el pasado y en el presente con su programa y sus procedimientos. Cuando  asoma una divergencia o se advierte una incompatibilidad, lo pertinente es abstenerse hasta hacer prevalecer nuestra especial manera de ver las cosas, o separarse, delimitando el campo mental en que aspiramos a movernos."

viernes, 17 de noviembre de 2017

Adiós Mercosur?

Con cuánta esperanza observaba los avances y proyectos del Mercosur y con cuánta tristeza veo hoy su deliberado estancamiento! Siempre avanzamos en espirales, que en un momento se vuelven retrocesos.
Era el año 1924 cuando Manuel Ugarte, un diplomático y político argentino que supo militar en el Partido Socialista, escribía esto en su libro "La patria grande":

"Mi gira por América me ha permitido ver de cerca muchas cosas. La mitad del continente tiene la cara vuelta hacia el Sur, esperando de la Argentina, de Chile y del Brasil un gesto, una promesa, una esperanza. ¿Nos encogeremos de hombros hasta universalizar la decepción? Es difícil marcar la frontera entre el silencio y la complicidad. ¿De qué nos serviría la grandeza y el triunfo, si no sabemos utilizarlo en favor de la justicia y la verdad, que en este caso coinciden y se confunden con el engrandecimiento moral propio. Cuando se posee un automóvil, no es para contemplarlo y caer en éxtasis, sino para ponerlo en marcha y andar...
La Argentina tiene intereses y responsabilidades, y debe reaccionar contra el sueño, que es hoy la distintiva de su política. Salta a los ojos que el imperialismo no puede ver con complacencia que se levante en el Sur una fuerza capaz de difundir sus productos y de ser también núcleo de atracción en el continente. Todo su esfuerzo tiene que tender a inmovilizarnos políticamente y económicamente, a desviar o a captar nuestra influencia y nuestra riqueza. Al paso que van las cosas sólo llegaremos a comprender una combinación tan elemental cuando sea imposible contrarrestarla."

martes, 14 de noviembre de 2017

Recetas de ayer, recetas olvidadas...

Uno lee, y sin ser economista ni profesional alguno, piensa que así debería ser, y sabe que así fue como otros países llegaron a ser potencias. Así escribía el Gral. Belgrano en el periódico "Correo de Comercio" allá por 1810, en sendos artículos, que pueden verse en las páginas del libro "La vida por la patria", gracias a la generosidad de Felipe Pigna. Dice con referencia a la industria:

"Ni la agricultura ni el comercio serían casi en ningún caso suficientes a establecer la felicidad de un pueblo si no entrase a su socorro la oficiosa industria. No hay desarrollo si este ramo vivificador no entra a dar valor a las rudas producciones de la una, y materia y pábulo a la permanente rotación del otro, cosas ambas que cuando se hallan regularmente combinadas, no dejarán jamás de acarrear la abundancia y la riqueza al pueblo que las desempeñe felizmente."

Y escribe también sobre la necesidad de crear un sólido mercado interno:


"El amor a la patria y nuestras obligaciones exigen de nosotros que dirijamos nuestros cuidados y erogaciones a los objetos importantes de la agricultura e industria por medio del comercio interno para enriquecerse, enriqueciendo a la patria porque mal puede ésta salir del estado de miseria si no se da valor a los objetos de cambio y por consiguiente, lejos de hablar de utilidades, no sólo ven sus capitales perdidos, sino aún el jornal que les corresponde. Sólo el comercio interno es capaz de proporcionar ese valor a los predichos objetos, aumentando los capitales y con ellos el fondo de la Nación, porque buscando y facilitando los medios de darles consumo, los mantiene en un precio ventajoso, así para el creador como para el consumidor, de que resulta el aumento de los trabajos útiles, en seguida la abundancia, la comodidad y la población como una consecuencia forzosa."

viernes, 10 de noviembre de 2017

Los ferrocarriles nacieron nuestros!

Nos cuenta Carlos D'Amico en su libro "Buenos Aires, sus hombres, su política (1860-1890) que en el año 1857 no había en la Argentina ni un metro de ferrocarriles, cuando unos cuantos estancieros ricos se asociaron para construir un riel hasta San José de Flores. Pronto los ferrocarriles se multiplicaron y comenzaron a recorrer la pampa en todas direcciones llevando riqueza, construídos por ingenieros y brazos argentinos, administrados por argentinos. Pero el entonces Gobernador Máximo Paz vio la posibilidad de negociarlos para pagar deuda, y sabía que el pueblo no iba a consentir ese despojo porque estaban administrados admirablemente, eran puntuales, económicos para el usuario y mantenían a miles de familias. Entonces:

"...la venta se decidió en el espíritu del Gobernador, y empezó a trabajar en ella con una tenacidad y una astucia que da lástima ver empleadas para poder practicar un acto moralmente delictuoso (...)
Se acercaba la hora de vender, y era necesario probarle al pueblo que los ferrocarriles no podían continuar administrados por el Estado. Entonces inventó no pagar a los empleados, para desanimarlos, para conseguir su desmoralización, y que no tomasen empeño en corregir los abusos, ni en contentar al público; y mandó que no se pagase ningún empleado con excepción de las dos principales estaciones de La Plata y el Once de Setiembre, para que la grita se mantuviera lejos, y nadie se ocupara de ella.
Cuando el desaliento había llegado a su último extremo, que parecía que todo se caía a pedazos, y por primera vez la empresa hubo perdido doscientos mil pesos en tres meses, y sus rentas no alcanzaron a pagar sus deudas, se le ocurrió esta perversidad: no pagar a los maquinistas y foguistas. Naturalmente estos pobres obreros que no contaban para mantener a sus familias, con más recursos que su sueldo, se declararon el huelga, y el tráfico se suspendió; y los viajeros obligados por sus negocios produjeron una explosión en el público; y sucedió con el ferrocarril, lo que con aquellos esclavos que recibían palos y puntapiés, porque sus cuerpos ostentaban las llagas hediondas producidas por el látigo injusto del amo cruel; el número infinito de estultos echó la culpa a los ferrocarriles, de los desmanes de Paz; y éste aprovechó la circunstancia para hacer pasar la ley disponiendo su venta. (...)
Tantos millones se escribieron, tantas promesas de futura felicidad se hicieron, que el pobre pueblo, el verdadero Juan Lanas de todas estas maniobras, llegó a anhelar la venta del ferrocarril, con la misma angustia con que el náufrago perdido entre las olas del inmenso mar ansía la tabla de salvación"

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Cuando "política" es mala palabra

Yo viví una época de despolitización de la sociedad, allá por 1990, porque el pueblo estaba descreído, desesperanzado y desinteresado; pero no me daba cuenta de que habían propiciado que así fuera. Cuando los gobernantes no son capaces de enunciar su propia gestión de gobierno, ni teórica ni pragmáticamente, y hacen su campaña diciendo banalidades y generalizaciones vagas; y manifiestan que hacer política es casi un acto perverso: un fin persiguen, ahora lo se, y es poder ejercer una cuasi dictadura, a sus anchas, sin que nadie tenga oportunidad de opinar...
Así escribe Carlos D'Amico en "Buenos Aires, sus hombres, su política (1860-1890)":



"Una de las causas que contribuyen más poderosamente a la fatal supresión de la conciencia pública en la Argentina  es la falta de partidos políticos, que teniendo ideas  diferentes, tendencias propias, distintas aspiraciones populares, buscando ideales, con medios de gobierno que no pueden confundirse, obligan a todos los ciudadanos a interesarse en la gestión de los negocios públicos y al nombrar a sus representantes les dan un programa, obligándolos a que encierren en él sus actos. Los gobernantes manejan la cosa pública, no a nombre propio, sino a nombre del partido que los ha nombrado, y la responsabilidad de los actos de gobierno, de acuerdo con la plataforma, no es sólo del individuo que está en el poder, es también de todo su partido, que siempre la acepta. Otra ventaja de los partidos políticos, es el que el gobernante está constantemente vigilado y discutido, y por su propio partido, para no dejarle separarse de su programa, y por los partidos contrarios, interesados en oponerse al triunfo de sus ideas y en denunciar sus actos ilegales para debilitarlo o sustituirlo. La mayor de todas las ventajas es, que en los países bien constituídos, con partidos reconocidos, no sólo gobierna, en el sentido lato de la palabra, el partido que está en el poder, gobiernan también los otros que están fuera de él, discutiendo las leyes, y cuando es necesario, entendiéndose y combinando sus elementos y sus recursos en bien de la comunidad; y así se consigue que sirvan al país todos sus hombres y que no se esterilicen las poderosas fuerzas que están fuera del gobierno."

lunes, 6 de noviembre de 2017

Tres Poderes?

Una Democracia se caracteriza por estar asentada sobre tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Eso, todos lo sabemos, pero no sabemos cuál es el mecanismo que falla para defender a la democracia, cuando quien ejerce el Ejecutivo se emborracha y ensoberbece de poder al punto de gobernar sólo. Dice Carlos D'Amico en "Buenos Aires, sus hombres, su política (1860-1890)", con respecto a Máximo Paz Cascallares, Gobernador de Buenos Aires entre los años 1887/1890:

"La legislatura no ha existido sino en el nombre, durante todo el gobierno de Paz: exactamente como la legislatura de Rozas, o la de cualquier otro tirano. Ahí estaba, pero su misión no era otra que votar los proyectos que Paz le mandaba, y votarlos en silencio. Si alguna vez los miembros informantes dejaban oir su voz, era para endiosar al César. Llegó a tanto la abyección, la abdicación de su independencia, que cada Cámara elegía los Presidentes y los Vice-Presidentes que Paz le mandaba. Ejemplo: Paz quería destituir al Presidente de la Cámara de Diputados, Ugalde, que le estorbaba para sus trapisondas, y como esa destitución era una vileza, llamó a varios diputados y les ofreció la presidencia, con esa condición, hasta que después de varios rechazos encontró a un desgraciado Sáenz, que aceptó el infame papel, y fue electo Presidente!
Las comisiones, que al empezar el año parlamentario eligen los respectivos presidentes, las elegía Paz, que llamaba a los presidentes y les entregaba las listas sin miramiento ni ambajes.
Sólo una vez, un diputado Benítez tuvo la inexplicable audacia de oponerse al proyecto de venta de los ferrocarriles de la provincia, que es la mayor de las iniquidades cometidas por la legislatura, desde que le dio facultades extraordinarias a Rozas; y ese diputado tuvo enseguida que renunciar el puesto, porque se le echó en cara su oposición como una traición."

viernes, 3 de noviembre de 2017

Endeudarse, para qué?

Nuestro país ha estado endeudado casi desde sus mismos orígenes, pero, para qué? Dice Carlos D'Amico en su libro "Buenos Aires, sus hombres, su política (1860-1890):

"Para pagar este enorme déficit anual la República tiene que echar mano de todos sus ahorros, y como estos no alcanzan, devuelve al extranjero todos los años el mismo oro que le ha tomado prestado, o le entrega papeles de comercio, o sus ferrocarriles, o sus tierras, y así va aumentando el déficit anual, hundiéndose cada vez más en esa situación financiera que la lleva a una crisis periódicamente.
Los últimos años, que ha mostrado una prosperidad tan notable, que ha despertado la codicia de todos los usureros de la vieja Europa, que gobiernan el mundo y aumentan sus caudales con las calaveradas de los ricos americanos del Sud que les piden prestado a cualquier interés, y les hipotecan todo su caudal con tal que les faciliten millones que derrochar en una vida fácil de placeres indolentes, de lujos orientales, de estériles agitaciones; los últimos años, la Argentina ha cubierto el déficit anual entregando a la Europa trescientos millones de cédulas hipotecarias, recibiendo empréstitos provinciales por setenta millones que le ha devuelto y recibiendo el oro de infinidad de empresas comerciales, de ganancias seguras, que van todas a enriquecer a los europeos empobreciendo a los argentinos(...)"
"Parece que la República Argentina no sintiera que se resbala en la pendiente rapidísima de su ruina y quizá de la pérdida de su independencia. Está mareada por el lujo, como esos herederos de grandes fortunas, que no sólo no ahorran de sus rentas, sino que gastan mucho más de lo que les producen los bienes heredados; y llenan sus déficits hipotecando sus bienes raíces, y pagan las hipotecas y los nuevos déficits con préstamos usurarios, que muy luego les llevan todo su capital, no dejándoles más recursos que la miseria vergonzosa o el suicidio criminal."

jueves, 2 de noviembre de 2017

Sálvese quien pueda

Leyendo a Carlos D'Amico en su libro "Buenos Aires, sus hombres, su política (1860-1890) podemos intuir que otro hubiera sido y sería el derrotero de la Argentina, si en sus aulas se hubiera enseñado y se enseñara su historia verdadera y no aquélla, escrita con mano aviesa y tendenciosa por un general que durante su Presidencia dilapidó sus riquezas:


"(...) México cayó en poder del águila francesa, de la que pudo salvarse sólo por las inconstancias de Napoleón el chico, por el genio de Benito Juárez y por la incontrastable virilidad de sus hijos.
Los argentinos también pueden salvarse, porque no hay acontecimientos a producirse fatalmente cuando dependen de que el hombre, aislado o colectivamente como pueblo, ejercite las dos grandes facultades de su espíritu: la inteligencia y la voluntad, que son las que constituyen la libertad.
Decídanse los argentinos todos, pueblos y gobiernos, a seguir los ejemplos que les ha dado la gran República del Norte de América, cuyas instituciones han copiado para descrédito del sistema republicano de gobierno, porque las han dejado como letra muerta, inservible  en sus códigos y en sus leyes.
Unos ingleses han comprado vastos territorios en algunos estados de la Unión Americana, y ya se ha presentado al Congreso un proyecto de ley para que los extranjeros no puedan adquirir bienes raíces, y para que los que ya los hayan adquirido, o los abandonen, o se hagan ciudadanos, lo que prueba que los Norte Americanos se preocupan seriamente de impedir que los extranjeros se enriquezcan con los bienes de su tierra. Sigan los argentinos el ejemplo. En vez de mandar a los mercados europeos a vender 24.000 leguas, impidan por todos los medios que su territorio y demás bienes raíces caigan por ningún título oneroso ni gratuito en poder de los extranjeros, porque todo bien raíz situado en la República que produce renta,, en poder de un europeo que vive en su país, es una riqueza que se le quita al argentino y se le entrega a aquél; eso es enriquecer al extraño empobreciendo al natural. Lo mismo decimos de los títulos de las grandes empresas, de todo lo que produce ganancias.
El procedimiento con los pueblos americanos de los usureros ingleses, franceses, alemanes importa una repugnante expoliación: cuando la Argentina ha pagado sus deudas entregándoles el propio oro que les ha tomado prestado, sus títulos, sus papeles de comercio, establecimientos lucrativos, etc., el país vuelve a derramar las inmensas riquezas que encierra..."