jueves, 31 de mayo de 2018

Con los jenízaros no!

¿Quién manda en el mundo? se pregunta Ortega y Gasset en uno de los capítulos de "La rebelión de las masas".  Estos son algunos de sus párrafos:


"El mando es el ejercicio normal de la autoridad. El cual se funda siempre en la opinión pública -siempre, hoy como hace diez mil años, entre los ingleses como entre los botocudos.  Jamás ha mandado nadie en la tierra nutriendo su mando esencialmente de otra cosa que de la opinión pública. (...) Pues hasta quien pretende gobernar con los jenízaros depende de la opinión de estos y de la que tengan sobre éstos los demás habitantes.
La verdad es que no se manda con los jenízaros.  Así, Talleyrand a Napoleón: <Con las bayonetas, sire, se puede hacer todo menos una cosa: sentarse sobre ellas.>  Y mandar no es gesto de arrebatar el poder, sino tranquilo ejercicio de él.  En suma, mandar es sentarse.  Trono, silla curul, banco azul, poltrona ministerial, sede.  Contra lo que una óptica inocente y folletinesca supone, el mando no es tanto cuestión de puños como de posaderas.  El Estado es, en definitiva, el estado de la opinión: una situación de equilibrio, de estática. 
Lo que pasa es que a veces la opinión pública no existe.  Una sociedad dividida en grupos discrepantes, cuya fuerza de opinión queda recíprocamente anulada, no da lugar a que se constituya un mando.  Y como a la Naturaleza le horripila el vacío, ese hueco que  deja la fuerza ausente de opinión pública se llena con la fuerza bruta.  A lo sumo, pues, se adelante ésta como sustituto de aquélla.
Por eso, si se quiere expresar con toda precisión la ley de la opinión pública como ley de la gravitación histórica, conviene tener en cuenta esos casos de ausencia, y entonces se llega a una fórmula que es el conocido, venerable y verídico lugar común: no se puede mandar contra la opinión pública."

La historia oficial


Nos urge reconstruir la historia y difundirla. En palabras de Raúl Scalabrini Ortiz, de su libro "Política británica en el Río de la Plata":

 “Si no tenemos presente la compulsión constante y astuta con que la diplomacia inglesa lleva a estos pueblos a los destinos prefijados en sus planes y los mantiene en ellos, las historias americanas y sus fenómenos sociales son narraciones absurdas en que los acontecimientos más graves explotan sin antecedentes y concluyen sin consecuencia.” 

 “La historia oficial argentina es una obra de imaginación en que los hechos han sido consciente y deliberadamente deformados, falseados y concatenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a disimular la obra de intriga cumplida por la diplomacia inglesa, promotora subterránea de los principales acontecimientos ocurridos en este continente.” 

“La historia que nos enseñaron desde pequeños, la historia que nos inculcaron como una verdad que ya no se analiza, presupone que el territorio argentino flotaba beatificamente en el seno de una materia angélica. No nos rodeaban avideces ni codicias extrañas. Todo lo malo que sucedía entre nosotros, entre nosotros mismos se engendraba.“

“Para eludir la responsabilidad de los verdaderos instigadores, la historia argentina adopta ese aire de ficción en que los protagonistas se mueven sin relación con las duras realidades de esta vida. Las revoluciones se explican como simples explosiones pasionales, y ocurren sin que nadie provea fondos, vituallas, municiones, armas, equipajes. El dinero no está presente en ellas, porque rastreando las huellas del dinero se puede llegar a descubrir a los principales movilizadores revolucionarios.”

“Una historia construida con tales aberraciones es un magnífico retablo para formar el ámbito de ese ídolo insaciable que se denomina capital extranjero. Esa historia es la mayor inhibición que pesa sobre nosotros. La reconstrucción de la historia argentina es, por eso, urgencia ineludible e impostergable. Esta nueva historia nos mostrará que los llamados “capitales invertidos” no son más que el producto de la riqueza y del trabajo argentinos contabilizados a   favor de Gran Bretaña.” 

miércoles, 30 de mayo de 2018

Desazón

Ortega y Gasset escribió estas líneas en el año 1930, en "La rebelión de las masas". Yo  creo que aún están vigentes:

"... nuestro tiempo se caracteriza por una extraña presunción de ser más que todo otro tiempo pasado; más aún: por desentenderse de todo pretérito, no reconocer épocas clásicas y normativas, sino verse a sí mismo como una vida nueva superior a todas las antiguas e irreductible a ellas.
Dudo que sin afianzarse bien en esta advertencia se pueda entender a nuestro tiempo. Porque ese es precisamente su problema. Si se sintiese decaído, vería otras épocas como superiores a él, y esto sería una misma cosa con estimarlas y admirarlas y venerar los principios que las informaron.  Nuestro tiempo tendría ideales claros y firmes, aunque fuese incapaz de realizarlos. Pero la verdad es estrictamente lo contrario: vivimos en un tiempo que se siente fabulosamente capaz para realizar, pero no sabe qué realizar. Domina todas las cosas, pero no es dueño de sí mismo. Se siente perdido en su propia abundancia. Con más medios, más saber, más técnicas que nunca, resulta que el mundo actual va como el más desdichado que haya habido: puramente a la deriva.
De aquí esa extraña dualidad de prepotencia e inseguridad que anida en el alma contemporánea."

sábado, 26 de mayo de 2018

Así es como nos quieren

Aún se recuerdan con orgullo y nostalgia esos años en que se mencionaba a la Argentina como 'el granero del mundo'. Pero, cuál fue el beneficio de esa época dorada?
Nunca mejor explicado que en el libro de Scalabrini Ortiz, en "Política británica en el Río de la Plata":

“La capacidad adquisitiva internacional de una nación, es decir, su potencia económica, es dada por los valores de su exportación.”

“En el 1928, año típico de la prosperidad, el valor de las exportaciones, reducidas a una moneda común, dólares oro, sumaron:
                                                                                   Argentina      1.017.400.000
                                                                                   Japón               886.000.000
                                                                                   Italia                 789.000.000
                                                                        (Annuarie Société des Nations -1935)

“Esos mil millones de dólares que la Argentina debió cobrar en 1928 se gastaron así: 200 millones de dólares oro en pagar ganancias de capitales extranjeros, 817 millones en pagar una importación que pudo y debió ser elaborada aquí.
En sustancias alimenticias importadas se gastaron 146 millones de pesos moneda nacional. ¡Y somos el mayor país productor de alimentos!
En tabaco importados se gastaron 25 millones de pesos moneda nacional. Y en todo el Norte argentino, Tucumán, Catamarca, Salta, Corrientes, el cultivador de tabaco se muere de hambre por falta de mercado y estímulo.
En bebidas importadas se gastaron 13 millones de pesos moneda nacional.  Y nuestras regiones vitivinícolas languidecen.
En textiles importados se gastaron 381 millones de pesos moneda nacional.  Y los hilados y telas importadas fueron hechas con los algodones y las lanas que la Argentina exportó en bruto al extranjero. Con la tercera parte de lo que gastó en textiles el año 1928, con 130 millones, se hubiera podido establecer hilanderías y tejedurías que surtieran de tejidos a la República, y aún permitiera exportarlos.
En papel y cartón se gastaron 69 millones de pesos. Y las zonas forestales de la República están esperando ser aprovechadas en la fabricación de papel.
Y así sucesivamente…
Ese es el ritmo alocado que Inglaterra ha impuesto a nuestro país desde su nacimiento y del que han aprovechado todos los imperialistas económicos del mundo.
El extranjero quiere que seamos un pueblo engreído por falsos valores, pero que constituyamos una nación fundamentalmente débil, un país primitivo, sin industrias; una inmensa estancia productora de carnes, trigo y lanas, sin voluntad política, sin gravitación internacional, sin un ejército ni una armada poderosos.”

miércoles, 23 de mayo de 2018

Revisar el pasado

Deberíamos recordar el pasado; claro que para recordarlo, primero hay que comprenderlo.
Esto dice Ortega y Gasset en "La rebelión de las masas":

"...el tigre de hoy es idéntico al de hace seis mil años, porque cada tigre tiene que empezar de nuevo a ser tigre, como si no hubiese habido antes ninguno. El hombre, en cambio, merced a su poder de recordar, acumula su propio pasado, lo posee y lo aprovecha. El hombre no es nunca un primer hombre: comienza desde luego a existir sobre cierta altitud de pretérito amontonado.  Este es el tesoro único del hombre, su privilegio y su señal.  Y la riqueza menor de ese tesoro consiste en lo que de él parezca acertado y digno de conservarse: lo importante es la memoria de los errores, que nos permite no cometer los mismos siempre.  El verdadero tesoro del hombre es el tesoro de sus errores, la larga experiencia vital decantada gota a gota en milenios. Por eso Nietzsche define al hombre superior como el ser "de la más larga memoria".
Romper la continuidad con el pasado, querer comenzar de nuevo, es aspirar a descender y plagiar al orangután."

lunes, 21 de mayo de 2018

Materia pendiente


Corolarios del autor de “Política británica en el Río de la Plata”, Raúl Scalabrini Ortiz. Lo escribió en la década del 40 del siglo pasado, y aún es materia pendiente.

 “Es natural que la tarea de rehacer una patria, de reconstruir la solidaridad perdida y de reivindicar lo que nos fue hurtado por astucia, no es empresa para menguados. Pero no es tampoco una empresa que deba amilanar a los decididos, ni desalentar a los generosos y esforzados.  En nuestra historia tenemos ejemplos suficientes para aleccionarnos y el tiempo, que fue nuestro enemigo en el siglo pasado, es hoy nuestro aliado.”

“La libertad, el bienestar y la riqueza, se conquistan. Ni se solicitan ni se piden. Y la cuestión, para nosotros, no es cambiar de amo, sino ser una nación fuerte, segura de sí y henchida de salud como corresponde a un pueblo inteligente que habita en un suelo feraz.  Reconquistar el dominio político y económico de nuestra propia tierra es, pues, nuestro deber, para con nosotros mismos, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos.  No es una acción fácil, ni aún ahora, pero tampoco es una acción inabordable.  Los revolucionarios de 1810, de donde provenimos, nos dieron el ejemplo de que nada resiste a la voluntad del hombre puesta al servicio de una gran causa.”

sábado, 19 de mayo de 2018

Receta siglo XX


Con esta recomendación, que el autor sub-titula “Creación de conflictos internos”, termina el libro de Scalabrini Ortiz: “Política británica en el Río de la Plata”:

“En general, puede decirse que los peligros de conflictos internos, que suelen ser los que consumen las energías más preciosas de los gobiernos e impiden que su acción se dirija a los orígenes de los males nacionales, pueden ser inmunizados:

1°) Por la liberación invisible de la prensa y demás órganos de información que se logrará por la posesión del comando de cada periódico, sin alterar en nada el mecanismo de cada uno. El lector continuará recibiendo sus periódicos habituales, hechos en la misma forma, pero con un espíritu y una lealtad a los problemas de la tierra enteramente nuevos.

2°) Por una demostración de adherencia a las creencias del pueblo y por la resolución urgente de los problemas populares atinentes a la alimentación, vestido y vivienda, que deben ser considerados como esenciales problemas nacionales.

3°) Por un cumplimiento estricto y decidido de los propósitos, que demuestren que los hombres dirigentes han estudiado y meditado sobre problemas nacionales y están dispuestos a llevar a cabo sus determinaciones.”

martes, 15 de mayo de 2018

Verdad "de perogrullo" del siglo XIX

No es nada nuevo el método de empobrecer a los pobres. Bakunin lo explica así en "Escritos de filosofía política":

"Los economistas serios de las dos escuelas opuestas _la escuela liberal y la escuela de los comunistas científicos_, que difieren en todo y sólo están de acuerdo en un punto, han establecido hace mucho tiempo su convicción (basada sobre la ciencia real, es decir sobre un estudio riguroso del movimiento cooperativo y el desarrollo de los hechos económicos) de que bajo la organización actual de la economía social y la producción de bienes, y teniendo en cuenta el incremento, el control  dominante y la concentración de capital resultantes necesariamente de esta organización, ningún esfuerzo por parte de las asociaciones obreras será capaz de liberar al trabajo del yugo opresivo del capital; y que los bancos obreros, alimentados sólo por los exiguos ahorros de los trabajadores, serán incapaces de resistir la competencia de los poderosos bancos burgueses internacionales y oligárquicos.
Hace mucho tiempo dedujeron también que dado el constante incremento de la oferta de trabajo y de los estómagos hambrientos (incremento acelerado como consecuencia de la concentración de capital cada vez en menos manos y la consiguiente proletarización  de los estratos inferiores, e incluso medios de la burguesía), los trabajadores, para escapar a la muerte por inanición, se ven obligados a hacerse la competencia unos a otros, reduciendo los salarios hasta el nivel más bajo requerido para su mera subsistencia;  y que, por consiguiente, todas las asociaciones de obreros-consumidores, al disminuir los precios de los artículos principales de su presupuesto, provocan invariablemente un descenso en la escala salarial, empeorando así la situación de los trabajadores."

lunes, 14 de mayo de 2018

Nadie hablaba de política

Escribe Erico Valadares en "Por qué somos así?":


"La dictadura cívico-militar-eclesiástica de 1976 y el neoliberalismo de la década de los 90 fueron períodos en los que el poder fáctico de tipo económico se hizo con el poder político. Durante esas etapas de la historia la  desigualdad se incrementó, pero no porque se cometieran errores de gestión o porque hayan gobernado mal: la grieta se ensanchó como resultado de la aplicación de políticas orientadas a ese fin, y fue necesario ocultar sus efectos, tapar el hecho y generar una percepción opuesta para seguir ensanchándola.  Mientras el poder económico manipulaba la política para que el Estado favoreciera a los más ricos en detrimento de las clases medias y populares, los medios de comunicación (que son propiedad de ese poder económico) manipulaban a la sociedad para evitar que ésta tuviese cualquier interés por la política.  Así, anestesiados todos por los medios del poder, hubo "unión" entre los argentinos y nadie se peleaba  por política porque simplemente nadie hablaba de política."

martes, 8 de mayo de 2018

Siempre el conocimiento

Siempre es y fue, importante el conocimiento. Así lo explicaba Bakunin en el siglo XIX, según sus "Escritos de filosofía política"

"Cada criatura viviente lucha por la prosperidad y la libertad, y para odiar a un opresor no es necesario ser un hombre; es suficiente ser un animal. Por eso la larga y sufriente paciencia de las masas debe ser explicada por otras razones.
Sin duda, una de las principales causas es la ignorancia del pueblo. Debido a esa ignorancia, no se considera a sí mismo como una masa todopoderosa unida por lazos de solidaridad.  Está tan desunido en su concepción de sí mismo como lo está en la vida, como resultado de las circunstancias opresivas.  Esta doble separación es la fuente principal de la impotencia cotidiana del pueblo.  A causa de esto, entre el pueblo ignorante, el que permanece en el nivel más bajo de educación o posee una mínima experiencia histórica y colectiva, cada persona y cada comunidad ve los problemas y opresiones que padece como un fenómeno personal o particular, y no como un fenómeno general que afecta a todos en la misma medida, y que debe unir a todos en un destino común, en la resistencia o en el trabajo.
Lo que  sucede es justamente lo contrario: cada región, comuna, familia e individuo, considera a los otros como enemigos prestos a imponer su yugo y a despojarlos; y mientras esta mutua alienación continúe, cualquier facción unida, incluso las que apenas están organizadas, cualquier casta o poder estatal representativo de un número relativamente pequeño de personas puede fácilmente embaucar, aterrorizar y oprimir a millones de trabajadores.
(...)  Al ignorar las verdaderas causas de sus males, el pueblo no puede tener ninguna idea sobre las vías y los medios de su emancipación, y se deja conducir de un camino falso a otro, buscando la salvación donde no puede haberla, y prestándose como herramienta apta para ser utilizada contra sí mismo por los explotadores y opresores."

lunes, 7 de mayo de 2018

El ser burgués

"La solidaridad de clase..." titula Bakunin este apartado que se lee en "Escritos de filosofía política":

"Por regla general, el burgués, incluso el republicano del tipo más rojo, se sentirá más afectado, impresionado y conmovido por las desgracias de otro burgués _aunque éste último sea un imperialista a carta cabal_ que por las desgracias de un trabajador, de un hombre del pueblo. Naturalmente esta diferencia de actitud representa una gran injusticia, pero no es una injusticia premeditada: es instintiva.  Procede del hecho de que las condiciones y hábitos de la vida, que siempre ejercen sobre los hombres una influencia más poderosa que sus ideas y sus convicciones políticas; de que esas condiciones y hábitos, esa especial manera de existir, de desarrollarse, pensar y actuar, todas esas relaciones sociales tan numerosas y al mismo tiempo convergentes de modo tan regular sobre un punto, que es la vida burguesa y el mundo burgués, establecen entre los hombres pertenecientes a este mundo (sean cuales fueren sus diferencias de opinión existentes en su interior en cuanto a materias políticas) una solidaridad infinitamente más real, profunda, poderosa, y sobre todo más sincera que la que pueda establecerse entre la burguesía y los trabajadores en virtud de una comunidad, más o menos amplia, de convicciones e ideas."

El regreso de lo imposible

Todos hablamos de la importancia de la educación, pero... Qué dice Bakunin en "Escritos de filosofía política"? :

"Dejáis que el pueblo esté abrumado por su trabajo diario y por su pobreza, y después le decís: "Estudiad, educaos".  Nos gustaría veros, con vuestros hijos, poneros a estudiar después de trece, catorce o dieciséis horas de trabajo embrutecedor, con la pobreza y la inseguridad del día siguiente como toda recompensa.
No caballeros, a pesar de nuestro respeto por la cuestión de la educación integral, declaramos que ahora mismo no es la cuestión más importante a plantear al pueblo. La primera cuestión para el pueblo es su emancipación económica, que conduce necesaria e inmediatamente a una emancipación política, y sólo tras esto viene la emancipación intelectual y moral del pueblo."