Así escribía quien fuera iniciador de la Asociación Latinoamericana, creada, según sus propias palabras, con el propósito de "fomentar el acercamiento de las repúblicas hispanas de América y combatir en todas sus manifestaciones el imperialismo del norte", en una nota que fuera publicada por el diario La Prensa, el 5 de junio de 1920.
Se trata de Manuel Ugarte, quien, hallándose ausente del país, acababa de ser calumniado por el periodismo cipayo que siempre existió, dejando entrever que el escritor servía por dinero a los intereses de una nación europea durante la primera guerra mundial.
Y en una extensa carta, así se defendía:
"En medio de las avideces y los egoísmos confusos que preparan la ruina de nuestra civilización en el Nuevo Mundo, he defendido desde el principio del siglo un ideal superior de concordia ante las injerencias extrañas y de alto patriotismo continental. Mi esfuerzo no ha tendido nunca a alcanzar situaciones, sino a sostener verdades, aún sabiendo que ellas cierran el paso a las más legítimas ambiciones.
No he ocupado jamás un cargo público; no he sido objeto de ninguna distinción oficial; no seré nada en mi país; no seré nada quizá en el continente, pero cuando nuestras repúblicas, maniatadas, según las zonas, desde el punto de vista político, diplomático o económico, se vean obligadas, dentro de algunas décadas, a acatar, en una u otra forma, una enmienda Platt continental, alguien recordará que hubo un escritor que, en medio de la mofa, el silencio o la difamación, predicó desde los comienzos la única política que puede salvarnos.
Y entonces saldrán a luz las intrigas, las conspiraciones, las dolorosas pruebas que viene sobrellevando esa individualidad aislada al pasear de ciudad en ciudad, no sólo una aspiración racial, sino el nombre de su propia tierra; porque lo que yo he hecho aclamar en el continente, es necesario que mi patria lo sepa una vez por todas, ha sido a la vez un ideal superior y la bandera argentina."
(La Enmienda Platt fue el tratado impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, como enmienda a la Constitución Cubana de 1901, para regular los términos preferenciales y al margen del Derecho Internacional, que habría entre los gobiernos de ambos Estados. Se derogó en el año 1934, pero aún queda en Cuba una de sus consecuencias: la Base Naval Estadounidense de Guantánamo.)
(La Enmienda Platt fue el tratado impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, como enmienda a la Constitución Cubana de 1901, para regular los términos preferenciales y al margen del Derecho Internacional, que habría entre los gobiernos de ambos Estados. Se derogó en el año 1934, pero aún queda en Cuba una de sus consecuencias: la Base Naval Estadounidense de Guantánamo.)
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