jueves, 30 de julio de 2020

CUÁNDO SUCEDIÓ?

En el libro "Utilidad, deseo y virtud. La formación de la idea moderna del trabajo." Fernando Díez cita al economista del siglo XVIII Simon Clicquot-Blervache, en el texto que comparto. Y no puedo dejar de preguntarme ¿En qué momento fue que los comerciantes perdieron todo pudor y utilizan descaradamente todo tipo de argucias para estafarnos? ¿Y cuándo fue que nos acostumbramos tan dócilmente a tolerarlo todo?


"Si es verdad que todos los esfuerzos del fabricante o del mercader tienden a aumentar su capital, no es menos cierto que no es mediante una ganancia ilícita y momentánea como pueden llegar a reunir una fortuna sólida y constante, sino por la continuidad no interrumpida de unas ganancias módicas y limitadas en los justos límites de la honestidad.
Dado que es útil para el negociante el asegurarse la confianza de sus corresponsales, y que no puede conservarla más que mediante la probidad y la buena fe, es cierto que el deseo mismo de ganar le  compromete y le fuerza a no engañar.  Se trata de un freno tanto más poderoso cuanto que está inscrito en la naturaleza del interés personal."

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Otra que planes!

En 1875 la Nación había obsequiado a sus militares la cantidad fabulosa de 7.500.000 has de tierra. En el año 1878 el Gobierno argentino vendió las tierras a conquistarse. Así el soldado peleaba por tierras que irían a aumentar las ganancias de un latifundista. Y en 1885, ya conquistadas las pampas,  se regaló a los militares la tierra que se salvó de aquéllas ventas anticipadas. Los militares malvendieron sus boletas de propiedad y los poderosos vieron acrecer sus latifundios. El Estado se desprendió este año de 4.750.000 has.Esto escribía en 1857 Jules Duval, en ocasión de la colonización de Argelia, en su libro "Memoria sobre la concesión y renta de tierras":

"Las donaciones ejercen una influencia perniciosa sobre las costumbres públicas. Su otorgamiento se convierte en un ramo de comercio que desmoraliza. Las personas influyentes solicitan y obtienen tierras nada más que para revenderlas; y con este tráfico vergonzoso todo queda comprometido, la dignidad del hombre, la delicadeza de los funcionarios y los intereses del país...Los gobiernos concluyen considerando la tierra, bajo el sistema de las donaciones, no ya como un elemento de población, sino como un recurso inagotable para derramar favores, que crean prosélitos.  Pónese así en las manos de los gobiernos, un instrumento fácil de corrupción..."

domingo, 15 de septiembre de 2019

Sobre el origen del problema

El 1° de septiembre de 1869, José Hernández publicaba su artículo titulado: "La división de la tierra". Así decía:


"Los gobiernos pueden hallar en las tierras públicas una mina de riqueza, ciertamente. La única dificultad consiste en saberla explotar, o mejor dicho, en hacer de ellas el uso legítimo que imponen las leyes de la naturaleza y de la justicia, en armonía con las bien entendidas conveniencias del Estado. Nosotros negamos a los gobiernos el derecho de vender las tierras públicas, o de afectarlas a ninguna deuda, o de hacer de ellas un medio de crear recursos para las necesidades extraordinarias...
Gobernar no es comerciar, es simplemente administrar, dentro de las leyes...Para nosotros el sistema consiste en la distribución de la tierra por pequeños lotes, como ya lo hemos manifestado. En subdividir la propiedad, lo más posible, reside el secreto del mayor beneficio. Las grandes fortunas tienden, sin embargo, a irse agrandando cada vez más, y manteniendo la tierra por lo general en la esterilidad y en el abandono del trabajo inteligente y activo. No hay países más pobres y más atrasados que aquéllos donde la propiedad está repartida en unas cuantas clases privilegiadas. De esa desigualdad se originan los privilegios odiosos que imponen al pobre un pesado tributo. En sociedades organizadas sobre esa base, existe una verdadera esclavitud bajo el nombre de pauperismo."

martes, 16 de julio de 2019

Mantenernos como una "granja"

 Estas palabras podrían estar dirigidas al pueblo argentino de hoy, en las circunstancias actuales, con sólo trasponer el hecho de que no hemos dejado atrás el gobierno de Perón en el 55, sino el de Cristina en el 2015, y tener en cuenta además que el mandamás del mundo ya no es Gran Bretaña, sino Estados Unidos. Todo lo demás lamentablemente tiene vigencia, 64 años después, porque el liberalismo o neoliberalismo siempre busca lo mismo: mantener a los países subyugados, endeudados y sin capacidad de desarrollarse.
Sin embargo el texto está extraído de una carta que Arturo Jauretche le envía a Ernesto Sábato después de la Revolución de 1955:

"Recuerde esas multitudes, aún en circunstancias trágicas, y las recordará siempre cantando en coro -cosa absolutamente inusitada entre nosotros- y tan cantores todavía, que les han tenido que prohibir el canto por decreto-ley.  No eran resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las alpargatas para comprar zapatos, y hasta libros, discos fonográficos, veranear, concurrir a los restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera a formas de vida "occidentales" que hasta entonces les habían sido negadas. Cualquier ensayo de la realidad argentina que prescinda del hecho fundamental de nuestra historia, es sólo un arte de prestidigitación que hurta los términos del problema, que están dados por la gravitación británica en sus tres etapas: 1°- Tentativa de balkanización, parcialmente lograda; 2°-Promoción del progreso en el sentido del desarrollo unilateral agrícolo-ganadero (para crear las condiciones de la granja) y 3°- Oposición a la integración industrial y comercial de nuestra economía, para mantenernos en las condiciones óptimas de la segunda etapa, con un país de grandes señores y peones de pata al suelo, y una clase intermedia de educadores, profesionales y burócratas para su instrumentación."

miércoles, 18 de julio de 2018

La clase media



Arturo Jauretche, en "El medio pelo en la sociedad argentina, año 1966:

"Mientras los trabajadores tomaron rápidamente conciencia del momento histórico y del papel que le correspondía, este sector intermedio se quedó en gran parte atrás: no comprendió su papel histórico ni la oportunidad que el destino le brindaba.  El proletariado comprendió que su ascenso era simultáneo con la clase media y con la aparición de la burguesía eludiendo la disyuntiva ofrecida por los socialistas y los comunistas.  Supo que su enemigo inmediato era la condición semi-colonial del país, y que la evolución industrialista representaba una etapa de avances con buen salario y buenas condiciones de vida; no se prestó al juego de los antiguos sindicalistas ideológicos, que conscientes o no, obstaculizaban la formación del capital nacional en beneficio del acopiador extranjero de la producción primaria y barata.  El proletariado comprendió la unidad vertical de todas las clases argentinas para realizar la Nación y sólo demandó que en el prorrateo de las utilidades le tocara su parte correspondiente.  Las clases a las que era accesible el conocimiento de un hecho tan elemental, se quedaron atrás en su comprensión, con respecto a los más humildes.  Pero, gran parte de la responsabilidad incumbe a esa falsa cultura, a esa traición de la “intelligentzia”.  Eso fue el producto de un periodismo, de un libro y de una enseñanza destinados a desvirtuar los hechos nacionales.”

martes, 10 de julio de 2018

La barbarie o el populismo


Así escribe Arturo Jauretche en "El medio pelo en la sociedad argentina", año 1966. Las palabras se renuevan, los conceptos no:

“La presencia del país real era una piedra al tejado de vidrio de la “intelligentzia”. Una multitud que marginaba los mentores aceptados -de derecha a izquierda- era para éstos un hecho anticultural, como para los unitarios la presencia de las multitudes federales.  El esquema de “civilización y barbarie” sigue vigente para ella con todas sus implicancias racistas y ese es el sentido de “aluvión” y “alpargatas”.  La inteligencia ha configurado su esquema dentro del cual se puede ser desde Maurrasiano hasta Leninista, pero que excluye una presencia social vernácula que ya está decretada “anticultural”.  Y mucho menos la posibilidad de que se constituyan elencos directivos que no hayan obtenido su legitimación como políticos o como intelectuales dentro de las pautas consagratorias establecidas por las capillas vigentes en la inteligencia de conformación foránea. (…)
Una vez incorporado al status de la inteligencia, el sujeto, hasta subconscientemente es parte de ella, y todas las discordancias ideológicas dentro de la misma pueden existir, pero sobre el supuesto que se ajusten a la idea de la cultura que posee el status;  así harán un frente común siempre que el país real intente expresarse con otros módulos de cultura distintos por nacionales: eso es la barbarie.”


lunes, 18 de junio de 2018

Lo justo

Acerca de la justicia se leen estos "Pensamientos", escritos por Blaise Pascal (1623/1662):

"Si se hubiera podido, se habría puesto la fuerza en manos de la justicia; pero como la fuerza no se deja manejar como se quisiera, porque es una cualidad palpable, mientras que la justicia es una cualidad espiritual de la que se dispone como se quiere, se la ha puesto en manos de la fuerza, y así se llama justo a lo que es fuerza observar."

"La justicia sin la fuerza es impotente; la fuerza sin la justicia es tiránica.  La justicia sin fuerza es contradictoria, porque siempre hay malvados.  La fuerza sin la justicia es acusada.  Es preciso, pues, unir la justicia y la fuerza, y para ello hacer que lo que es justo sea fuerte o lo que es fuerte sea justo."