martes, 16 de julio de 2019

Mantenernos como una "granja"

 Estas palabras podrían estar dirigidas al pueblo argentino de hoy, en las circunstancias actuales, con sólo trasponer el hecho de que no hemos dejado atrás el gobierno de Perón en el 55, sino el de Cristina en el 2015, y tener en cuenta además que el mandamás del mundo ya no es Gran Bretaña, sino Estados Unidos. Todo lo demás lamentablemente tiene vigencia, 64 años después, porque el liberalismo o neoliberalismo siempre busca lo mismo: mantener a los países subyugados, endeudados y sin capacidad de desarrollarse.
Sin embargo el texto está extraído de una carta que Arturo Jauretche le envía a Ernesto Sábato después de la Revolución de 1955:

"Recuerde esas multitudes, aún en circunstancias trágicas, y las recordará siempre cantando en coro -cosa absolutamente inusitada entre nosotros- y tan cantores todavía, que les han tenido que prohibir el canto por decreto-ley.  No eran resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las alpargatas para comprar zapatos, y hasta libros, discos fonográficos, veranear, concurrir a los restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera a formas de vida "occidentales" que hasta entonces les habían sido negadas. Cualquier ensayo de la realidad argentina que prescinda del hecho fundamental de nuestra historia, es sólo un arte de prestidigitación que hurta los términos del problema, que están dados por la gravitación británica en sus tres etapas: 1°- Tentativa de balkanización, parcialmente lograda; 2°-Promoción del progreso en el sentido del desarrollo unilateral agrícolo-ganadero (para crear las condiciones de la granja) y 3°- Oposición a la integración industrial y comercial de nuestra economía, para mantenernos en las condiciones óptimas de la segunda etapa, con un país de grandes señores y peones de pata al suelo, y una clase intermedia de educadores, profesionales y burócratas para su instrumentación."

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