El historiador Felipe Pigna nos regala en su libro "La vida por la patria" el texto de una publicación de Mariano Moreno en la Gaceta de Buenos Aires, en el que se explaya en las consideraciones que debería tener un gobernante:
"Que los riesgos de lo pasado sirvan de escarmiento para lo venidero; que el pueblo no sea segunda vez burlado en sus esperanzas; que un religioso respeto a la alta confianza que hemos merecido a nuestros conciudadanos regle las tareas que se consagren a su desempeño; y que no lleguemos una sola vez a la silla de nuestros empleos sin estremecernos, acordándonos que fueron profanadas por nuestros predecesores. No olvidemos la censura que como particulares hicimos a su molicie y poco patriotismo; temblemos de dar al pueblo iguales motivos a los que ejercitaron nuestra crítica; no creamos cumplidos nuestros deberes, mientras nuestras obras no formen un notorio contraste con las debilidades y miserias que hemos llorado tantas veces, no nos contemplemos superiores a los demás sino por las mayores obligaciones que nos ligan; y acostumbrándonos a respetar la opinión del pueblo, y buscar en su aprobación el verdadero premio de nuestras tareas, figurémonos que en el semblante de cada ciudadano leemos aquella importante lección, que por la boca de un gran filósofo, dirigen los pueblos a los que toman por primera vez el cargo de gobernarlos y constituirlos: Os hemos hecho superiores a nosotros, a fin de que descubráis el conjunto de nuestras relaciones, y estéis fuera del tiro de nuestras pasiones; pero acordaos de que sois nuestros semejantes, y que el poder que os conferimos dimana de nosotros; que os lo damos en depósito, y no en propiedad, ni a título de herencia; que vosotros seréis los primeros, que os debéis sujetar a las leyes que establezcáis; que mañana seréis relevados, y que ningún derecho adquiriréis sino el de la estimación y el reconocimiento; y considerad con qué tributo de gloria el universo, que reverencia a tantos secuaces del error, honrará la primera asamblea de hombres racionales, que declare solemnemente los principios inmutables de la justicia, y consagre a la faz de los tiranos los derechos de las naciones."
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