lunes, 18 de diciembre de 2017

Cultura: dominante o popular?

Quiénes somos realmente? Y quiénes creemos ser? Transcribo completas las reflexiones tituladas ¿Qué nos dicen? del libro "Nosotros decimos no" de Eduardo Galeano:

"En las versiones dramatizadas de la conquista de América,  que los indios representan todavía en la región andina, los curas y los conquistadores hablan moviendo los labios, pero sin emitir sonidos. Los vencedores hablan, en el teatro indígena, un lenguaje mudo. Hoy día, las voces del sistema internacional de poder, que la cultura dominante transmite, ¿qué nos dicen? ¿Qué nos dicen que tenga que ver con nuestras necesidades reales? La cultura dominante. que actúa a través de la estructura educativa y sobre todo, en mucha mayor medida, a través de los medios de comunicación, no revela la realidad: la enmascara. No ayuda a los cambios: contribuye a evitarlos. No estimula la participación democrática: induce a la pasividad, a la resignación, al egoísmo. No genera creadores: multiplica consumidores.
Cada vez hay más opinados y cada vez menos opinadores. A medida que perfecciona sus instrumentos de irradiación, la cultura dominante va revelando su vocación antidemocrática, y va reduciendo los espacios públicos de creación y participación. La difusión avasallante de la televisión, por ejemplo, hiere, y creo que hiere feo, a la cultura popular, en una larga embestida que pretende convertir a toda América Latina en un vasto suburbio de Dallas. Y esto es grave,creo, porque en América Latina la cultura popular es la cultura nacional más verdadera. Bien dicen que cada anciano que muere en los pueblos perdidos de por ahí es una biblioteca que arde. Gracias a la cultura popular, que hereda y enriquece la memoria colectiva, los latinoamericanos hemos podido perpetuar algunas claves fundamentales de identidad. La cultura oficial, copiona y estéril, eco bobo de la cultura dominante ignora esas claves o, conociéndolas, las desprecia. O quizá, en el fondo, las teme: esas claves se refieren a la dignidad, a la imaginación y a otras enemigas de los dueños del poder."

martes, 12 de diciembre de 2017

Utopía?

El historiador Felipe Pigna nos regala en su libro "La vida por la patria" el texto de una publicación de Mariano Moreno en la Gaceta de Buenos Aires, en el que se explaya en las consideraciones que debería tener un gobernante:

"Que los riesgos de lo pasado sirvan de escarmiento para lo venidero; que el pueblo no sea segunda vez burlado en sus esperanzas; que un religioso respeto a la alta confianza que hemos merecido a nuestros conciudadanos regle las tareas que se consagren a su desempeño; y que no lleguemos una sola vez a la silla de nuestros empleos sin estremecernos, acordándonos que fueron profanadas por nuestros predecesores.  No olvidemos la censura que como particulares hicimos a su molicie y poco patriotismo; temblemos de dar al pueblo iguales motivos a los que ejercitaron nuestra crítica; no creamos cumplidos nuestros deberes, mientras nuestras obras no formen un notorio contraste con las debilidades y miserias que hemos llorado tantas veces, no nos contemplemos superiores a los demás sino por las mayores obligaciones que nos ligan; y acostumbrándonos a respetar la opinión del pueblo, y buscar en su aprobación el verdadero premio de nuestras tareas, figurémonos que en el semblante de cada ciudadano leemos aquella importante lección, que por la boca de un gran filósofo, dirigen los pueblos a los que toman por primera vez el cargo de gobernarlos y constituirlos: Os hemos hecho superiores a nosotros, a fin de que descubráis el conjunto de nuestras relaciones, y estéis fuera del tiro de nuestras pasiones; pero acordaos de que sois nuestros semejantes, y que el poder que os conferimos dimana de nosotros; que os lo damos en depósito, y no en propiedad, ni a título de herencia; que vosotros seréis los primeros, que os debéis sujetar a las leyes que establezcáis;  que mañana seréis relevados, y que ningún derecho adquiriréis sino el de la estimación y el reconocimiento; y considerad con qué tributo de gloria el universo, que reverencia a tantos secuaces del error, honrará la primera asamblea de hombres racionales, que declare solemnemente los principios inmutables de la justicia, y consagre a la faz de los tiranos los derechos de las naciones."

lunes, 11 de diciembre de 2017

La desigualdad acusa...

Inquietante reflexión de Eduardo Galeano extraída del texto Las guerras de la  guerra, de su libro "Nosotros decimos no" Como no conocía a las personas que el autor menciona, lo he buscado: Jean Ziegler, profesor emérito de Sociología, es hoy, a los 83 años, Vicepresidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas; y Jacques Chonchol es un Agrónomo y político chileno que fue Ministro de Agricultura de Salvador Allende. Transcribo:

"¿Despilfarro de recursos o recursos para defender el despilfarro? La organización desigual del mundo, ¿podría sostenerse un sólo día más si no estuvieran armados hasta los dientes los países privilegiados y las clases sociales acostumbradas al derroche?
La miseria de muchos amenaza la opulencia de pocos. Razones tiene para vivir en estado de alarma, durmiendo con un solo ojo, el puñado de países enfermos de consumismo y ostentación, atiborrados de objetos innecesarios, vorazmente lanzados al arrasamiento de los bienes de esta tierra. En un trabajo reciente, Jean Ziegler advertía que el mundo contemporáneo, mundo de hambrientos, produce cereales que podrían dar de comer a una población tres veces mayor que la que tiene. A los vientres de las vacas va a parar la tercera parte de los cereales; y en los países ricos cuatro de cada diez personas mueren no de hambre, sino de gula, por el excesivo consumo de carnes y grasas.
A su vez, en otro trabajo también reciente, Jacques Chonchol ha demostrado que América Latina produce más calorías y proteínas que las que necesita su población. Y sin embargo: la mitad de los latinoamericanos son niños, y la mitad de esos niños está desnutrida. Según la FAO, de cada 100 niños latinoamericanos, 35 padecen desnutrición grave, que es el nombre que los técnicos dan al hambre. ¿Puede sorprender a alguien que los países más explotados gasten lo mismo en armas que en desarrollo agrícola? El dato puede y debe provocar indignación; sorpresa, nunca. ¿Acaso esos países no tienen dueños? Y esos dueños, ¿no tienen motivos para sentirse acosados?"

lunes, 4 de diciembre de 2017

La "democradura"

Otra época, otras circunstancias, la misma metodología.  Con algunas variables, podría haber sido escrito hoy.  Así lo dice Eduardo Galeano en su texto Defensa de la palabra, del libro "Nosotros decimos no":


"El desarrollo de una industria restrictiva y dependiente, que aterrizó sobre las viejas estructuras agrarias y mineras sin alterar sus deformaciones esenciales, ha agudizado las contradicciones sociales en lugar de aliviarlas. La habilidad de los políticos tradicionales, expertos en las artes de la seducción y la estafa, resulta hoy insuficiente, anticuada, inútil; el juego populista que permitía otorgar para manipular ya no es posible, o revela su peligroso doble filo. Las clases y los países dominantes recurren a la maquinaria represiva. ¿De qué otra manera podría sobrevivir sin cambios un sistema social cada  vez más parecido a un campo de concentración? ¿Cómo mantener a raya sin alambradas de púas, a la creciente legión de los malditos? En la medida en que el sistema de siente amenazado por el desarrollo sin tregua de la desocupación, la pobreza y las tensiones políticas y sociales derivadas, se abrevia el espacio disponible para la simulación y los buenos modales: en los suburbios del mundo el sistema revela su verdadero rostro. 
¿Por qué no reconocer un cierto mérito de sinceridad en las dictaduras que oprimen, hoy por hoy, a la mayoría de nuestros países? La libertad de los negocios implica, en tiempos de crisis, la prisión de las personas."